sábado, 7 de diciembre de 2013

COACHING: Más despacio…por favor (parte 2)

 ¿Qué nos provoca estrés?

Los cambios, novedades, pérdidas de algún ser querido, del trabajo, de una pareja, falta de habilidades (real o percibida), incertidumbre, situaciones de tensión mantenida…

La respuesta de nuestro cuerpo ante el estrés, es necesaria ante un peligro, pero supone un importante desgaste físico, mental y emocional, por eso se producen problemas si mantenemos ese ritmo constantemente y nos hacemos daño.


 
Uno de los estresares más potentes es “la sensación de pérdida de control”, si tenemos unas necesidades de control no realistas, seremos muy vulnerables al estrés, lo fundamental es conocer nuestros puntos débiles y trabajarlos, apoyándonos en nuestras fortalezas.





¡El estrés en si mismo, no es el problema!

La mayoría de las situaciones, que nos son estresantes, son auto generadas, es decir, nosotros interpretamos como estresantes, situaciones que en realidad no lo son, pero nuestros pensamientos (al asumir que no tenemos suficientes habilidades para hacerlo frente), hacen que nos parezcan, la buena noticia, es que todo lo relacionado con nuestros pensamientos, se puede CAMBIAR y que está en nuestras manos hacerlo.


¿Cómo lo podemos gestionar?



Tomando conciencia, de nuestros pensamientos irracionales, que nos generan el estrés, en nuestras vidas y cambiándolos!!

Lo primero que tenemos que hacer, es tomar conciencia, de que son pensamientos irracionales, para ello, os voy a contar los siete principales pensamientos irracionales, para que sepáis a cuales de vuestros pensamientos, tenéis que prestar atención.

Mira a ver si tienes pensamientos:

-Dicotómicos, de todo o nada “todo el mundo”, “nadie me comprende”.
-Generalizaciones excesivas, mira a ver si te fijas solo en un detalle y te impide ver todo lo demás.
-O descalificación de lo positivo, “pensando, que todo lo bueno es por casualidad y no porque te lo merezcas”
-Personalización, asumiendo la responsabilidad (echándome la culpa)
- O si realizas conclusiones precipitadas, creyendo que puedes leer el pensamiento
-El error del adivino (anticipación negativa, “no va a salir bien”)
-Y por ultimo “los debería” sobre mi, que me hacen sentir culpable y sobre los demás, que me crean resentimiento.

Todos estos pensamientos, además de automáticos, en nuestro interior, los damos por verdaderos y nos los creemos.

Una vez identificados, realizaremos la restructuración cognitiva, tomando conciencia de ellos, debatiendo estos pensamientos erróneos y cambiándolos por otros más adaptativos.

¿Qué más podemos hacer?




Un pensamiento que nos produce alivio por ejemplo, es tomar conciencia, que esta situación que nos agobia, tiene una fecha de fin, es decir, que si no nos gusta el frío y estamos en invierno, es bueno pensar, que pasará…, que es algo temporal, qué también existe la primavera, el verano y el otoño, hay que tener visión de una perspectiva más amplia, una visión de más camino.


Hay que Ser Asertivos y aprender a decir NO.

Para una buena gestión del estrés, debemos aprender a ser asertivos, es decir, defender nuestros derechos sin agredir y sin ser agredidos, estos comportamientos asertivos están entre medias de los comportamientos agresivos y los pasivos, para ser asertivo tenemos que asumir que tenemos derecho a cometer errores, a pedir ayuda, a cambiar de idea, a expresar dolor, a decir que NO, para gestionar el estrés es fundamental saber decir que NO y aprender a no sentirnos culpable por ello, las dos técnicas más conocidas, el disco rayado y el banco de niebla.






Otra clave para aliviar el estrés: es gestionar tu tiempo y establecer tus objetivos.

Punto fundamental para gestionar el estrés, es gestionar nuestro tiempo, organiza tu tiempo para el ocio y para el trabajo, establece prioridades, reduce distracciones, haz pausas para descansar y recuerda delegar, decir no y agendar las tareas que siendo importantes no son urgentes en este momento.





Clave fundamental: El humor, ¿Y el humor? ¿Ya te has reído a carcajas hoy? ¿Has sonreído?

El humor nos ayuda a superar conflictos, nos acerca a las personas, alivia el dolor, nos relaja, el cerebro no puede estar pensando en dos cosas a la vez, intenta ver películas de humor, rodearte de personas alegres.


“No reímos porque somos felices, sino que somos felices… porque reímos” W. James.





Silvia Sánchez Blázquez. Psicóloga, Asesora PNL, Life Coach



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